miércoles, noviembre 03, 2010

Dios es Amor

No podemos negar esta gran verdad.Hoy estamos aquí mañana no sabemos;por esta razón necesitamos estar a cuentas con Dios todos los días.

La muerte siempre ha sido un misterio para el hombre,pues en los planes originales de Dios no estaba incluida.La muerte vino por la desobediencia del hombre en el huerto del Edén.
La palabra de Dios dice:"Por cuanto todos pecaron, están destituidos de la gloria de Dios".Romanos 3:23

Es cierto, todos hemos pecado, incluso nuestro pasado nos condena; no somos merecedoresde la vida eterna.Pero Dios en su infinito AMOR estableció una manera por la cual podemos obtener la vida eterna,y fue a través de su hijo Cristojesus,quien derramó su preciosa sangre en cruz del Calvario por el perdón de nuestros pecados,por nuestra salvación y por nuestra vida eterna.

La palabra de Dios dice:"Que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor creyeres en tu corazón que Dios le levanto de los muertos, serás salvo" Romanos 10:9). Nadie mas te puede salvar!confia en Jesús ( YESHUA ).Lo más grande,lo mas maravilloso que pueda hacer un ser humano en su vida,es reconocer y aceptar a Cristojesus como su único Señor y Salvador.Y no solamente serás salvo, ademásDios te da la potestad a partir de ese momento de ser llamado hijo de Dios. Juan 1:12.Por todo lo anterior te exhorto a que tu, no importa quien seas,ni de donde seas,sepas que Dios te ama y que tiene un propósito maravilloso para tu vida.El no solo desea tu salvacion,sino que ya hizo todo lo posible como Dios y hombre en el Señor Jesús de Nazaret.Para darte el perdón y la redención de tus pecados y la vida eterna.

Tu solo debes de creerlo y aceptarlo.La palabra de Dios dice: "Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo."Romanos 10:13 .!Ahora! te invito a que hagas lo más grande y maravilloso que pueda hacer un ser humano en su vida.Aceptar y reconocer al Señor Jesús de Nazaret.Como tu único Señor y Salvador.El mismoJesús ( Yeshua )dijo:"Yo soy el camino,la verdad y la vida;nadie viene al Padre,sino por mi"Jn.14:6. Si lo sientes repite conmigo:Dios mío me confieso pecador y me arrepiento acepto a tu hijo Jesús como mi único Señor y Salvador.Pon mi nombre en el libro de la vida.Gracias Señor Jesús de Nazaret. Amen.

Si realizastes esta oración te felicito y ruego a Dios te guarde y te bendiga ahora y siempre junto a los tuyos,donde quiera que ellos esten.Lee la Biblia cada día y conocerás mejor al Mesias.Habla con Dios en oración diario.Bautizaté y congrégate donde la Biblia sea la autoridad final.


Coloboración de: Rev. Dr. Justo López-Castro

La injusticia Social

Le dijo (a Jesús) uno de la multitud: Maestro, dí a mi hermano que parta conmigo la herencia. Mas él le dijo: Hombre, ¿quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia. – Lucas 12:13-15.


La cuestión del reparto de las riquezas siempre ha sido un tema de actualidad. Sea entre los miembros de una familia con motivo de una herencia, entre las clases sociales o entre los pueblos de la tierra, es el mismo problema. ¿Qué actitud debe tener el creyente frente a estos conflictos? ¡La misma que el Señor Jesús! Quizás hoy se le haría la pregunta de la siguiente manera: Maestro, ¿no te inquieta la injusticia que reina en el mundo? Mi prójimo vive en la abundancia, dile que comparta un poco conmigo. Pero la respuesta del Señor sería la misma: “¿Quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?”.

¿Acaso Dios aprueba la injusticia? ¡Por supuesto que no! Un día Dios instaurará en toda la tierra un reino de justicia y de paz. Actualmente el egoísmo está en el fondo del corazón humano, pero “Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18).

Dios llama a cada uno al arrepentimiento y a la fe en Jesús para que reciba el perdón de sus pecados, de sus propias injusticias. A aquel que cree le da una nueva naturaleza capaz de amar desinteresadamente, de actuar con justicia, para luego seguir el ejemplo de su modelo, es decir, Jesús, quien “anduvo haciendo bienes” (Hechos 10:38). “Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos” (Gálatas 6:10). Debajo de sus alas estarás seguro.

martes, noviembre 02, 2010

Encuentros

                                                                                                                                                                           Dios traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala. – Eclesiastés 12:14.


Jehú, jefe militar impetuoso, es ungido rey por el siervo de Eliseo. Por medio de él, Dios había decidido vengar la sangre de sus profetas muertos por la familia real de Acab, en especial por su mujer idólatra Jezabel. 2 Reyes 9 relata la muerte Jezabel y de su hijo Joram.

Jehú, prosiguiendo su misión vengadora, encuentra una tropa de alegres jóvenes que siguen su camino con total despreocupación. Son los cuarenta y dos hermanos (o primos) de Ocozías, el rey de Judá (2 Reyes 10:12-14). Sin sospechar lo que acaba de suceder, van a visitar a la brillante juventud de la familia real del reino de Israel (v. 1-13)… ¡justamente ésa cuyas setenta cabezas en ese mismo momento se juntan en dos montones a la puerta de Jezreel! Pues bien, ¡en la muerte es donde se encontrarán! ¡Cuántos jóvenes sólo piensan en vivir la vida, olvidando que la muerte puede sorprenderlos sin que estén preparados (Eclesiastés 11:9). Sí, cuántos de ellos hallaron esa súbita muerte, por ejemplo, en un accidente automovilístico, mientras corrían a sus placeres.

Otro encuentro más interesante es el de Jonadab, hijo de Recab (2 Reyes 10:15-17). Es un hombre fiel. El capítulo 35 de Jeremías nos cuenta la historia de esa familia. Jehú se vanagloria de su celo por Jehová, luego lo invita a asistir a la masacre de los sacerdotes de Baal. Pero el ardid que emplea en nada es comparable con la escena del Carmelo que había traído de vuelta a Dios el corazón de su pueblo Israel (1 Reyes 18).

lunes, noviembre 01, 2010

El fin de lo Terrenal


Ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. – Apocalipsis 21:4.


Cierta vez un predicador del Evangelio conversó con un desconocido. Éste le dijo: –Usted habla de lo que cree, pero yo no creo lo que usted predica. –¿Puedo saber qué es lo que usted cree?, repuso el predicador. –Bien, creo que todo se acaba con la muerte, fue la respuesta. –Yo también lo creo, dijo el creyente. –¿Qué, usted también cree que todo termina con la muerte?, exclamó su interlocutor. –Es cierto que la muerte pone fin a todo lo presente, prosiguió el predicador. Quita toda posibilidad de obrar mal, pone fin a todos nuestros deseos y vuelve superfluos todos nuestros proyectos. Todas las amistades se acaban, todo orgullo desaparece. La muerte pone fin a todo esto. Entonces todo el que no cree a Dios irá a la eterna perdición. En lo que me concierne, la muerte pone fin a todas mis preocupaciones y dificultades, a todos mis pesares, penas y lágrimas. Para mí todo esto termina con la muerte, y me iré de aquí para estar en la gloria de mi Señor, en donde me espera un infinito gozo, una eterna paz y felicidad. –No había considerado las cosas desde ese punto de vista, repuso el desconocido.

El resultado de esta conversación fue que más tarde el hombre halló la paz con Dios.

Sí, con la muerte todo lo terrenal termina. A los inconversos les espera el juicio; los hijos de Dios van con Cristo al paraíso, “lo cual es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23). Su futuro es glorioso y está asegurado por la eternidad.

Datos personales

Pastor Elias Alves