jueves, febrero 11, 2010

Una Profecía Cumplida.


Profecías Escribanos Desde Aquí...Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. - Isaías 53:7.

Después de que el Señor fuese arrestado en el huerto de Getsemaní, lo llevaron de un tribunal a otro: los seres humanos no escatimaron ninguna grosería, brutalidad y maltrato. Hicieron con él lo que quisieron. ¿Y cómo se comportó el Señor?


Las palabras proféticas del Antiguo Testamento se cumplieron. Cuando se trataba de defenderse a sí mismo, callaba. En Mateo 26:62 está escrito: “Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti? Mas Jesús callaba”. Herodes también “le hacía muchas preguntas, pero él nada le respondió”. Pilato, el gobernador romano, quien quería oír cómo el acusado se defendía ante las inculpaciones, le dijo: “¿Nada respondes? Mira de cuántas cosas te acusan. Mas Jesús ni aun con eso respondió” (Marcos 15:4-5).

A la pregunta del sumo sacerdote: “¿Eres tú el Cristo, el Hijo de Dios?” contestó: “Tú lo has dicho”. Y a la pregunta de Pilato: “¿Eres tú el Rey de los judíos?”, Jesús dijo: “Tú lo dices” (Mateo 26:63; 27:11). Así, sólo hablaba para dar testimonio acerca de su persona. Testificó ser el Hijo de Dios, aunque sabía que lo acusarían de blasfemia y por eso lo condenarían a muerte.

El Señor nunca protestó por el injustificado trato de los soldados romanos, ni tampoco leemos que un quejido de dolor haya salido de sus labios cuando fue tratado tan brutalmente. Sólo podemos admirar con adoración a la divina Víctima.

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Pastor Elias Alves