lunes, noviembre 30, 2009

LA VOLUNTAD DE DIOS






Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. – Marcos 14:36.

Desde antes de venir a esta tierra, el Señor Jesús estaba dispuesto a subordinarse a la voluntad de Dios. Dijo: “He aquí que vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Hebreos 10:7; Salmo 40:7). Cuando vivió aquí, atestiguó: “He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Juan 6:38). Tomó el lugar determinado por Dios y se humilló a sí mismo. En ese camino el Señor Jesús fue hasta la cruz, siendo hecho maldición por aquel cuya voluntad vino a cumplir.


Quien toma un lugar tan humilde, se acarrea el desprecio del mundo. El Señor Jesús también se sometió a ese menosprecio. Renunció a todo lo que podría haber sido su voluntad. De antemano sabía que sería abandonado, incluso por sus discípulos, y se sometió a ello. Pero el Padre estaba con él y, para glorificarle, Cristo se hallaba dispuesto a ser abandonado por los seres humanos.
Entonces Dios lo hizo pecado por nosotros. Esto fue lo peor para el Señor Jesús. Se sometió a ello porque no había otro medio para salvarnos. Dios así lo quiso, y finalmente debió desampararle. A nuestro Salvador no le fue concedido ningún alivio o ayuda. En esa hora sólo le quedó la fuerza de su amor por su Padre y por la humanidad. Perseveró hasta que pudo exclamar: “Consumado es”. Había cumplido la voluntad de Dios en todo.

Ahora podemos rendirle loores, con agradecimiento y adoración, por haber expiado nuestros pecados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Datos personales

Pastor Elias Alves