miércoles, noviembre 25, 2009

DOS DIAS DE ESPERA



Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo. – Santiago 5:11.


Lázaro estaba gravemente enfermo. Sus hermanas Marta y María enviaron un mensaje a Jesús: “Señor, he aquí el que amas está enfermo” (Juan 11:3). ¡Qué mensaje conmovedor y discreto! Ellas conocían el afecto de Jesús por su amigo. ¿No iría a socorrerlo? Sin embargo, antes de ponerse en camino, Jesús permaneció dos días en el lugar donde se encontraba. Este atraso era incomprensible para las dos mujeres. ¿Por qué perder este tiempo? Su hermano murió; Jesús había llegado «demasiado tarde». Marta no pudo retener su reproche: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (v. 21). María pronunció las mismas palabras llorando y postrándose a los pies de Jesús.

¿No hay «porqués» que nos atormentan cuando estamos ante el sufrimiento, el duelo, la separación? ¡Dios habría podido intervenir! ¿Acaso él es indiferente al sufrimiento? ¿Por qué Jesús permaneció dos días en el lugar donde estaba antes de ir a Betania? Porque Dios quería mostrar que su poder no se limitaba a curar a un enfermo, sino que podía resucitar a un muerto. La gloria de Dios fue manifestada mediante el sufrimiento de esta familia.

Amigos cristianos, todas nuestras penas no terminan en un impresionante milagro. Pero, ¿vamos a reprocharle a Dios por eso, diciéndole: –Si hubieses intervenido, las cosas habrían ocurrido de otra manera? Tengamos la seguridad del amor de Jesús y discernamos detrás de nuestras circunstancias, la grandeza y la bondad de Dios y la realidad de sus compasiones.

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Pastor Elias Alves