miércoles, noviembre 18, 2009

CAPELLANIA EN LA SOCIEDAD

Recopilado por:
Herminio Tápanes-Capellan


DIOS CURA EL HOMBRE QUE SUFRE


Aunque si vivimos en tiempos donde la individualidad parece dominar encontrastada, nunca se ha hablado de Solidaridad como ahora, sobre todo en el àmbito de la cura de la salud. En particular este recurso generalizado e indiscriminado a la Palabra, tiene que ponernos en guardia contra las aparencias. El modelo de la Solidaridad debe ser encontrado en la calle que lleva de Jerusalèn a Gericò, en la paràbola del buen samariano, u de la Solidaridad.
Un Doctor de la ley se puso de pie por hacer una prueba: “Maestro, que tengo que hacer para eredar la vida eterna?” Y Jesus le dijo: ”¿Que hay escrito en la Ley? ¿Que lees?” y el contesto: “amaras el Seños Dios tuyo con todo tu corazòn, con toda tu alma, con toda tu fuerza y con toda tu mente, y ama el pròjimo tuyo como ti mismo” Y Jesus dijo: “Has contestado bien, haz esto y vivras” pero el que quisiera justificarse, dijo:” ¿Y quièn es mi pròjimo?” Jesus renspondio: “ un hombre andaba de Jerusalèn a Gericò y encontro a los ladrones que le robaron, le heriron y le dejaron casi muerto por la calle. Por acaso un sacerdote paso por ea mismo camino, vio al hombre, cambio lado de la calle, y se marcho. Tambièn un levita, pasando por el mismo lugar se marcho. Un samariano a lo contrario lo vio y tuvo compasion de èl. Se puso a su lado, curo las heridas con aceite y vino, lo cargo sobre su asno y lo llevo en un ostel y se tomo cura de el. El dìa siguiente dio dos dineros al ostelero diciendole: curate de el, lo que demàs gastaras te lo dare cuando regresare. ¿quèn de estos tres te parece el pròjimo del que le han robado?” “lo que ha tenido compasiòn de él” “Va y haz lo mismo”
Sus palabras finales, “va y haz lo mismo” repiten desde siempre y a todos el nuevo comandamiento, que constituye el alma y el centro nevralgico del Evangelio. Un camino que tiene que ser tomado todos los dìas, una memoria para conservar celosamente, una lecciòn para guardar fidelmente, una llamada para cumplir. La calle por Gericò es la calle que lleva al juicio final al cual todo hombre es llamado: “Sufrìa y os habeis marchado, Sufrìa y me ayudaste” (Mateo 25,31-46)

Es en esta atmòsfera que es revolucionada tambièn la definiciòn de pròjimo. Las dos preguntas de la paràbola van en sentido contrario una de otra “¿Quién es mi Pròjimo?” “¿quèn de estos tres te parece el pròjimo del que le han robado?”. No atañe a los demàs, sino a nosotros. Todos son mi pròjimo, porque yo soy el pròjimo de todos. La situacciòn està invertida, lo nuevo del Evangelio se manifesta en toda su plenitud. Todas las distancias son anuladas, porque el amor no tiene fronteras.

Curar todo el hombre
La visiòn cristiana de la cura del enfermo encontra su resumen en la icona evangelica del buen Samariano. Curar al hombre, como cooperadores de Dios y en la busqueda de la salud total e integral de ser humano. Lucas 10,25-37. Exactamente porque cada enfermedad ocurre en concreto en un momento de la vida del hombre, esa se pone en la historia que el sujeto està vivendo, en una familia que èl quiere, en un momento particular de su vida CRISTIANA. La enfermedad no puede ser sòlo un problema bioquìmico: es un problema que toca todo el ser humano en su personalidad, porque no es sòlo un “cuerpo” ni sòlo un “ser vivente”. Es una “persona”, un “ser humano”, con inteligencia, libertad, volontad; tiene valores, relacciones humanas, una visiòn CRISTIANA, una responsabilidad frente al mundo, a su familia, a Dios. La enfermedad “no es el daño de una maquina”

La enfermedad es el hombre mismo que sufre

La ciencia medica tiene entonces que tener esta vision global de servicio al hombre; tiene que proveer muchos soportes (medico, psicologico, familiar, CRISTIANO). Se trata de un servicio integrado, de cooperaciòn, preocupado por toda la persona. Entre las necesitades, el enfermo necesita los ministros del culto.

Y aquì se coloca tu tarea de operador sanitario cristiano- EL CAPELLAN

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Pastor Elias Alves